Hermosillo ¿una ciudad sin agua para crecer?
Por: Luis Alan Navarro Navarro
Es una pregunta provocativa ¿quién la responde? Ya van algunas temporadas que la ciudad se ha visto en una “tablita” en su abasto de agua para cubrir la demanda pico que anda por los 5,400 LPS. No obstante, la ciudad no deja de expandirse y ahora vemos edificios elevarse por doquier. Hasta ahora, el agua no ha sido una restricción efectiva. Dejo claro no estar en contra del crecimiento, mucho menos con la construcción de edificios y cerradas de alta gama, con prados verdes, fuentes y lagos artificiales. Se aplaude una ciudad polo de atracción de personas con alto poder adquisitivo; que los talentos hermosillenses elijan esta ciudad para vivir; creo que existe la mala costumbre de asociar la riqueza con birla, corrupción, transa, crimen organizado; considero, en mi humilde opinión, eso es la excepción más que la regla ¿debería la ciudad dejar de crecer? Mi respuesta es no.
Pensemos en los casos de pueblos y ciudades que pierden su dinamismo económico porque las personas emigran. Países como Japón en donde la población va en descenso y pierden su bono de juventud, con lugares que se llenan de maniquís y muñecos para evitar que la fauna los reclame. A los seres humanos nos atrae la “propincuidad” que implica estar cercanos físicamente y en un mismo tiempo, los lugares vacíos son vistos como “muertos” y aquellos con multitudes como “vivos”. Esta cercanía y las economías de escala que posibilitan mercados más eficientes (más excedentes del consumidor) hacen de las ciudades una maravilla. La ciudad de Hermosillo está emplazada en el Desierto de Sonora, es una ciudad desértica, ubicada en el cinturón de desiertos de latitud media 30 grados Norte o Sur, si vemos el globo terráqueo estamos alineados con el desierto del Sahara y el de Arabia, “aquí nos tocó vivir”.
La sequía es un fenómeno natural y recurrente, definido como un período de clima anormalmente seco, cuya duración es suficientemente prolongada como para causar desequilibrios hidrológicos significativos (presas que se secan, pozos que se profundizan).
Desde el inicio del milenio, la sequía ha sido más la norma que la excepción ¿por qué la sorpresa y asombro con que este año hay sequía? La presa Abelardo L. Rodríguez se secó por primera vez en 1999, desde entonces ha estado mayormente seca, hay una generación de Hermosillenses que creció habituada a ver la presa seca. No obstante, la presa si ha aportado, en cantidades limitadas (más menos 10%), agua a la ciudad; lo mismo que la presa El Molinito; ambas son capaces de hacer la diferencia en los meses de demanda pico.
Una ventaja de las captaciones de agua que suministran la ciudad es que estas son 70% de pozos y 30% de presas. Por ejemplo, la ciudad de Monterrey es lo contrario 70% de presas y 30% de pozos. La mayoría del agua de presa nos llega desde el Acueducto Independencia que toma agua de una cuenca más húmeda la del río Yaqui. Antes de la entrada en operación del Acueducto Independencia en el año 2013, hubo veranos que se pasaron solo usando pozos. Contrario a lo que se pensaba, el Acueducto Independencia no es una fuente finita de agua al flujo actual (50% de su capacidad), de no haber sido por las adecuaciones hechas recientemente por la Comisión Estatal de Agua a la obra de toma, este año hubiese dejado de operar, dejando a la ciudad con un déficit de alrededor del 20 al 30% de agua. El acueducto, de haberse terminado, con su famoso “ramal norte” hubiera ayudado a solventar el problema del agua de la parte Norte de la ciudad. Obra necesaria a la que se le ha cambiado de nombre para tratar de “pasar” el proyecto, pero no ha habido éxito. La mayor área de oportunidad de la ciudad para ponerse en la senda del desarrollo sustentable está en la recuperación de caudales, es decir, evitar que el agua se pierda en fugas en la red (algo que ya se está implementando AGUAH en esta administración municipal); y también tener usuarios con consumo medido, para que sean conscientes de su consumo y que, a través de un recibo alto sean ciudadanos hidro-inteligentes. Elevando la eficiencia se puede tener, con la misma agua que se produce actualmente, la suficiente para dos Hermosillos.
Lo malo es que esto requiere de un esfuerzo continuo, es algo que se logra en muchos años, con “pasos de bebé”, no implica mega obras (como una desaladora), sino avanzar de casa en casa, de negocio en negocio. Para esto se necesita un Organismo Operador de Agua (OOA) institucionalmente fuerte, estable y autónomo. No uno que se reinvente cada tres años a los caprichos del nuevo alcalde. El agua se requiere para todo, condiciona las actividades económicas, las oportunidades de industria y negocios, esto es, la competitividad; no queremos una ciudad que esté cerrada, que ya no pueda crecer. Para esto se requiere que nos fijemos que pasará con el OOA en el próximo trienio, preguntémosles a los candidatos en la contienda electoral de este año.
El autor es profesor investigar de El Colegio de Sonora. Especialista en áreas verdes. Miembro de la Mesa de Medioambiente y de Agua de Hermosillo ¿Cómo Vamos?
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