Construcción de una marca ciudad para Hermosillo
Por: Adán Gurrola Ruiz
En entregas anteriores, se tocó el tema de la atractividad territorial y la marca ciudad. Escribí que, si bien es cierto que desde los entornos académicos se plantean distintas estrategias para el desarrollo de la atractividad territorial, cada ciudad debe trazar su propia estrategia. Lo anterior partiendo de su construcción histórica, sus actores públicos, privados y sociales, así como su geografía, modelo económico y político y, en especial, los intereses de sus habitantes. Mencionaba que lo importante es que no se trate de una imposición, sino que nazca desde el trabajo conjunto de quienes participan y habitan en la ciudad.
Una estrategia competitiva para una marca ciudad va más allá de lo que se posee o no; de lo que se hace mejor o no; ésta conjunta habilidades, infraestructura, conocimiento de los distintos actores, tanto públicos como privados y sociales. Al agrupar estos elementos, busca mantener la coherencia entre lo que se hace y lo que se busca en conjunto. En este sentido, la marca ciudad debe ser un reflejo de esta construcción.
Pensar en Hermosillo debe ir más allá de pensar en sus habitantes per se; hay que considerar en la interacción que se tiene con otros municipios. Asimismo, la capital representa una ventana a la internacionalización de otras localidades. Las ciudades intermedias deben reflexionar sobre su posición con respecto a otros territorios con los que tiene lazos, así como su influencia en estas comunidades y viceversa.
Desde la perspectiva anterior, esta ciudad, como la capital de Sonora, es aquella que está destinada a albergar a los distintos poderes del estado. Se puede entender como una ciudad en la que se realiza la mayoría de los trámites administrativos, al contar con las principales oficinas gubernamentales del estado. Pero no solo eso. A su vez, se puede caracterizar como parte de la cuenca del Río Sonora. También se puede describir a partir de su relación con sus ciudades hermanas como Phoenix, en Arizona, o como una ciudad de tránsito de migrantes. Se puede concebir a partir de la infraestructura que posee: un aeropuerto internacional y una carretera federal que es parte del corredor internacional CANAMEX. Se puede pensar como una ciudad universitaria, la cual alberga a una gran cantidad de jóvenes que provienen de todo el territorio sonorense y estados vecinos.
A su vez, Hermosillo puede definirse con base en sus empresas y parques industriales, donde conviven empresas locales de tradición, nacionales y captaciones de inversión extranjera directa. Aquí también conviven diversas agrupaciones y movimientos sociales. Esta ciudad es su clima y sus implicaciones en el resto de las actividades diarias; es campo de siembra, es playa; es sus áreas rurales y urbana. De igual manera, la configuran los pueblos originarios que habitan este lugar.
Así, sabemos que hablar de una ciudad intermedia como Hermosillo es hablar de una ciudad cada vez más compleja. Esto escapa de las obligaciones constitucionales que tiene el municipio e implica pensar fuera de nuestras actividades diarias a partir de espacios de liderazgo conjunto. Implica ser conscientes de que los intereses de los diversos sectores son tanto legítimos como ampliamente diversos y, en ocasiones, se parte de lo diametralmente opuesto hasta llegar a posiciones encontradas. Sin embargo, este ejercicio de concientizar implica reconocerse como usuarios del espacio, infraestructura pública, recursos naturales y un largo etcétera. Esto, a su vez, supone que haya intereses comunes que nos obligan al diálogo.
Una marca ciudad debe buscar conjuntar el mayor número de atributos del espacio y no ir en contra de lo que representan las diversas expresiones de este. Desde esta óptica, se busca potenciar los aspectos culturales y de tipo patrimonial, que pueden ser observados a partir de festividades, costumbres, lugares emblemáticos, por mencionar algunos, que pueden servir como detonantes de actividades turísticas y de otros sectores de la economía.
Desde la economía del conocimiento, se pueden promover estrategias de marca a partir de la participación de universidades y grupos empresariales, donde se aprovechen los temas de investigación y desarrollo en los que participan. Esto en estrecha relación con la infraestructura existente en la ciudad y sus distintas formas de interacción física y digital.
El desarrollo de una marca ciudad es más complejo que el del logotipo y una frase o slogan. Implica el generar una estrategia competitiva, que refleje una identidad construida a partir de los intereses de su población, con el objetivo de promoverse en entornos que son cada día más competidos. Una ciudad como Hermosillo enfrenta el reto de no ser reinventada cada trienio y ser definida desde sus habitantes.
Basado en: Torres, M., González, Y. & Manzano, O. (2020) Marca ciudad como estrategia de competitividad urbana en las ciudades intermedias. Revista Espacios, 171-185.
El autor es Licenciado en Negocios Internacionales con maestría en Desarrollo Social. Integrante de la Red HCV.
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