¿Que está en juego al vender la presa?
Por: David Jacobo Calles Montaño
Dos argumentos sobresalen en la declaración del gobernador sobre la venta de la presa Abelardo L. Rodríguez; primero, que la presa no ha aportado en cincuenta años una gota de agua a la capital del estado, y segundo, que los hermosillenses seríamos los principales beneficiarios ya que con los recursos obtenidos por la venta se construirían tres presas que garantizarían el abasto de agua a la ciudad por 50 años. En esta columna se cuestiona el segundo argumento respondiendo a las siguientes preguntas. ¿Qué está en juego al vender la presa? ¿Qué ganaríamos o perderíamos los hermosillenses con su venta?
¿Por qué reemplazar una presa ya construida por tres presas por construirse? La propuesta del gobernador es básicamente la de catafixiarianos nuestra presa que por su ubicación tiene una muy alta plusvalía, por tres presas que tendrían básicamente el mismo fin que la primera, proteger a la ciudad de una inevitable creciente del Río Sonora. Ya que la construcción de las tres presas no garantiza resolver el problema de agua en Hermosillo y proteger mejor a nuestra población de una posible inundación. Además de que su construcción está condicionada a la venta de nuestra presa, lo cual no garantiza a los hermosillenses su eventual construcción.
¿Por qué su propuesta considera dejar el 25% de la presa como un vaso regulador? ¿Será porque existe el riesgo de futuras inundaciones aún con las nuevas presas? ¿O porque de esa manera se garantizaría agua a los desarrollos inmobiliarios que se proyectan realizar en la zona? No fue el gobernador sino el vocal de la Comisión Estatal del Agua (CEA) quien declararía lo que se está proyectando al venderse la presa, tratándose de proyectos inmobiliarios similares al lujoso fraccionamiento Riberas del Pitic, propiedad de varios magnates sonorenses.
¿Por qué se propone dejar de utilizar el acueducto Independencia, una obra ya construida que aporta el 30% de agua a Hermosillo? ¿Si los hermosillenses seríamos los principales beneficiarios de la venta, porqué el gobernador no presentó su propuesta en Hermosillo sino en Ciudad Obregón? ¿Será porque su propuesta beneficia directamente a los agroindustriales del sur del estado y requiere del apoyo de los cajemenses para llevarla a cabo? El gobernador no argumentó las razones del porque ya no se utilizaría esta obra, pero sería muy interesante conocerlas.
Es oportuno finalmente preguntarnos. ¿Las tres presas proyectadas resolverían el problema de agua en Hermosillo? De acuerdo con investigadores de El Colegio de Sonora, el problema del agua no se debe tanto a su disponibilidad sino al gran desperdicio que se hace de este recurso, producto de la ineficiente administración de Agua de Hermosillo que no ha invertido en obras para reemplazar las viejas tuberías ni en obras dirigidas a eficientar la medición, captación y reciclaje de agua. En otras palabras, la construcción de las tres presas propuestas no resolvería el problema de agua en Hermosillo, ya que este es esencialmente un problema administrativo.
Al cuestionar la lógica de la propuesta del gobernador se pone en evidenciaque no seríamos los hermosillenses los que realmente saldríamos beneficiados por la venta de la presa sino las empresas inmobiliarias que harían un gran negocio con la venta de propiedades exclusivas, así como los agroindustriales del sur del estado al dejar de utilizarse el acueducto Independencia. El mismo gobierno del estado resultaría incluso beneficiado ya que parte de los recursos obtenidos por la venta se destinarían a pagar una parte de la deuda estatal, como lo declararía el propio gobernador.
¿Qué perderíamos los hermosillenses a cambio? Expertos en el tema argumentan que la venta de la presa pondría en riesgo a un sector de la ciudad de futuras inundaciones. Los ambientalistas por su parte argumentan que representaría la privatización de un área natural protegida que por su cercanía a la ciudad ofrece cuantiosos servicios ambientales y que el aporte ambiental de la presa es particularmente importante dada la verdadera escasez de áreas verdes en Hermosillo.
La presa no solo es patrimonio ambiental, sino que también es patrimonio cultural de los hermosillenses al ser parte de nuestra historia, nuestra identidad y del paisaje de nuestra ciudad. Por irónico que parezca, la presa Abelardo L. Rodríguez, obra que inauguró la etapa de modernización urbana en la ciudad, ha servido como un muro de contención para detener la urbanización descontrolada y ambientalmente insostenible que ha experimentado la ciudad desde entonces,dirigida por empresas inmobiliarias en complicidad con autoridades municipales y estatales. La venta de la presa vendría a representar más de lo mismo.
Por su ubicación, la presa es el único espacio con el que cuenta la ciudad que permitiría la creación de un bosque, lo cual podría ser posible a través de un proyecto de reforestación de árboles asociados al cauce del Río Sonora como son los álamos y sauces llorones. En lugar de privatizarla, el gobierno del estado debería de invertir en su mejoramiento, de hacerla más pública y accesible a los hermosillenses. Ofreciendo así un espacio recreativo y una extensa área verde para el disfrute de todos los hermosillenses y no para uso exclusivo de residentes de los lujosos fraccionamientos que se proyectan construir en la zona.
La creación de un bosque en el vaso de la presa representa la oportunidad de un proyecto de urbanización diferente. Los hermosillenses tenemos opciones que permitirían garantizar el abasto de agua, pero son realmente escasos los espacios que tenemos que pudieran permitir una ciudad más verde y sustentable. La venta de la presa prácticamente nos quitaría a los hermosillenses el único espacio que tenemos para hacerlo posible.
No puede ser que tengamos un recurso que no se use, fue uno de los argumentos utilizados por el gobernador para justificar la venta de la presa. Con ese mismo ánimo justificador me pregunto. ¿Cómo es posible que en 200 años no se haya construido en Hermosillo una sola área verde con similares proporciones al Parque Madero? Vale la pena recordar que este parque, el más antiguo de la ciudad, era originalmente un área natural, una alameda para ser preciso. El Parque Madero es considerado hoy el único pulmón de la ciudad, debido al nulo interés por parte de nuestras autoridades por construir nuevas áreas verdes. La creación de un bosque en el vaso de la presa permitiría compensar el gran rezago que existe con relación a este tema.
La propuesta del gobernador nos ofrece la oportunidad de preguntarnos: ¿Ganaríamos más los hermosillenses vendiendo la presa o creando en sus alrededores un extenso bosque? Estoy convencido que la mayoría de los hermosillenses elegiría la segunda opción, ya que existe una demanda generalizada por un mayor número de áreas verdes y espacios recreativos. Si a los hermosillenses nos preguntaran: ¿Qué preferiría usted, un bosque en nuestra presa o una exclusiva zona residencial en ella? No hay duda de que los hermosillenses nos inclinaríamos por la primera opción. Esta última pregunta resume lo que está en juego al vender la presa.
La propuesta del gobernador no solo pone en juego la seguridad de los hermosillenses, la privatización de un área natural protegida y la oportunidad de una ciudad más verde y sustentable, sino que, al ser un tema tan controversial y politizado, su propuesta pone en juego también el futuro político de la 4T en Sonora y con ello el balance político que tanto necesita el estado. Esta propuesta va en contra de los principios de un partido que se comprometió con sus electores a distanciarse de políticas que favorezcan a grupos de poder, de alejarse de prácticas utilizadas por los anteriores gobiernos, de comunicarse con los ciudadanos con sinceridad y de privatizar espacios públicos, pero ese es un tema que preferimos dejar a los analistas políticos.
El autor es Licenciado en Historia por la Universidad de Sonora con maestría en Estudios Latinoamericanos por la Simon Fraser University en Vancouver, Canadá.
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