Empresas públicas municipales: ¿una alternativa para Hermosillo

En días pasados estuvo de visita en Hermosillo el doctor Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín (2004-2007), quien es considerado uno de los agentes de cambio más importante de América Latina. En varios encuentros compartió lecciones que nos invitan a pensar que la transformación de Hermosillo es posible, sin embargo, este escenario parece lejano derivado de las limitaciones financieras. Fajardo nos brindó una clave: empresas públicas municipales.

El doctor Fajardo es reconocido por haber impulsado políticas innovadoras, de gran impacto social y urbano. Ha recibido gran cantidad de reconocimientos internacionales por su modelo de gestión: “Medellín, la más educada“. También fue distinguido como el mejor alcalde de su país durante su gobierno y cerró su periodo con un índice de 80% de popularidad.

Actualmente es profesor invitado de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey. En su visita tuvo varios encuentros en los que destacó los que considera como elementos fundamentales de la transformación de la que alguna vez fue la ciudad más insegura del planeta: la educación; la infraestructura y desarrollo urbano con enfoque social; y la participación de la ciudadanía en los asuntos públicos.

El caso de Medellín ha sido ampliamente analizado y frecuentemente es expuesto como un caso de éxito en la gestión del desarrollo local, no obstante, ¿cómo impulsar este tipo de acciones cuando tienes un gobierno municipal (como el de Hermosillo) con tantas limitaciones financieras? La transformación de la ciudad colombiana, en palabras del doctor Fajardo, fue financiada a través de sus empresas públicas.

Empresas Públicas de Medellín (EPM) es un grupo industrial que pertenece al municipio de Medellín, que se encarga de la prestación de servicios públicos relacionados con agua, energía, gas y telecomunicaciones. Se encuentra entre las cinco empresas más grandes e innovadoras de Colombia. En años recientes ha generado una utilidad neta promedio anual de 2 billones de pesos colombianos (algo cercano a los 620 millones de dólares), transfiriendo el 55% anual de esas utilidades, por Ley, al gobierno municipal (350 millones de dólares).

Las transferencias de EPM al gobierno de Medellín explican entre el 20% y el 25% de su presupuesto. El 75% del total del gasto se destina a inversión social: educación, salud, movilidad e infraestructura, principalmente para los que menos tienen. Las decisiones de EPM las toma su Junta Directiva que preside el alcalde. Invitan a los principales expertos colombianos quienes la administran como una empresa de mercado. Cuenta con altos niveles de transparencia, rinde cuentas y los ciudadanos la cuidan estando atentos a las decisiones que determinan su rumbo. Es la joya de la corona del gobierno de Medellín.

Sin duda se trata de un caso atípico, alejado de lo que acostumbramos a ver en México, en donde las empresas públicas enfrentan otra realidad en la que predomina la incapacidad técnica, la insolvencia financiera, la opacidad y la corrupción.

A pesar de lo anterior, en Hermosillo contamos con una empresa pública que esta consiguiendo operar sin déficit y que, de administrarse de manera adecuada, puede brindar recursos financieros que nos ayuden a resolver los desafíos que enfrentamos en la ciudad. Lejos de los alcances que significa EPM para Medellín, Agua de Hermosillo (AguaH) puede avanzar hacia una situación de rentabilidad que coadyuve al desarrollo de nuestra ciudad.

En los últimos años, AguaH genera ingresos promedio cercanos a los mil 500 millones, esto a pesar de que en 2018 tuvo una producción de 120 millones de metros cúbicos (mm3) de los cuales sólo facturó 61mm3 y cobró 49.5mm3. Esto significa que la eficiencia técnica (volumen facturado del total producido) es del 49.6% y la eficiencia comercial (volumen cobrado del total facturado) es del 80%. Con tal desempeño, AguaH solo logra cubrir sus costos operativos.

El potencial de AguaH es relevante. Imaginemos que se logra facturar el 80% del volumen producido (100 mm3) manteniendo la eficiencia comercial. Los ingresos generados pueden ascender a 2 mil 500 millones. Dado que los costos operativos no se incrementan en la misma proporción, podemos hablar de que la paramunicipal (en un escenario ideal) pudiera dotar recursos cercanos a los mil millones de pesos anuales para ayudar al desarrollo de la ciudad.

Con ese recurso pudiéramos duplicar el número de policías (de 1,200 a 2 mil 400) incluyendo 300 patrullas (pick up) y 300 motocicletas nuevas. En otro ejemplo, la municipalización del transporte sería viable ya que se tendría la capacidad de brindar el subsidio a estudiantes y personas de la tercera edad, comprar nuevas unidades y configurar una red de movilidad integral (incluyendo Metrobús) en un lapso de tres años. Las posibilidades son amplias y en un contexto de crisis financiera, significa una gran área de oportunidad.

El caso de Medellín parece lejano para la realidad hermosillense, no obstante, nos invita a reflexionar sobre el potencial de nuestra principal empresa pública municipal. Hay muchas tareas pendientes necesarias para dotar de eficiencia a dicha paraestatal y que analizaremos en otra entrega, pero sin duda, una de las principales la exponen claramente Alejandro Salazar Adams y Edmundo Loera de El Colegio de Sonora[1]: eliminar el uso del organismo con fines político-partidistas.

[1] Loera, E. y Salazar, A. (2017). Capacidades institucionales y desempeño de los organismos operadores de Agua en Hermosillo, Sonora y Mexicali, Baja California. Revista Región y Sociedad, número especial 5, 2017. El Colegio de Sonora.