¿Qué significa “Buen Gobierno”?
Por: José Fidel Ramírez Jiménez
Transparencia, responsabilidad, participación, legalidad y eficacia
El concepto de buen gobierno es fundamental en la teoría y la práctica de la gobernanza, ya que abarca una serie de principios y valores básicos que sustentan un proceso efectivo, justo y transparente de las instituciones públicas.
Este concepto hace referencia a la capacidad de un gobierno para movilizar los recursos, tomar decisiones y formular y aplicar políticas que beneficien y cuiden a las personas y a la comunidad en general, promoviendo proyectos de vida dignos, la convivencia armoniosa y el desarrollo sostenible. A lo largo de la historia, varias corrientes filosóficas y políticas han discutido cuáles elementos constituyen un buen gobierno; sin embargo, en la actualidad, se ha logrado un cierto consenso sobre los cinco principios clave del buen gobierno: transparencia, responsabilidad, participación, legalidad y eficacia.
La transparencia es una de las bases fundamentales de un buen gobierno. Un gobierno transparente es aquel que proporciona información clara y accesible sobre sus numerosas acciones y decisiones, así como el uso de los abundantes recursos públicos de manera detallada. La transparencia es decisiva para prevenir la corrupción.
Otro elemento clave para un buen gobierno es la rendición de cuentas. Los funcionarios deben ser responsables ante los ciudadanos y las instituciones por sus decisiones y acciones. Esto significa que todos aquellos en posiciones de poder deben estar sujetos a mecanismos que evalúen su desempeño y garanticen que cumplen con sus deberes de manera íntegra y ética.
Un tercer componente fundamental es la participación ciudadana. El buen gobierno no es unilateral, las decisiones no se toman únicamente desde las altas esferas, sino que involucra a la gente en los procesos de deliberación y toma de decisiones.
El buen gobierno requiere seguir las leyes de manera coherente. Las reglas jurídicas deben explicitarse con claridad y ser justas, aplicándose a todos por igual, incluida la cúpula de poder. El estado de derecho constituye un elemento esencial de la buena administración dado que asegura que nadie se halle por encima de ella.
Retos de un Buen Gobierno
A pesar de que los principios de transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana son decisivos para el desarrollo de una sociedad sana y democrática, los gobiernos enfrentan grandes obstáculos para alcanzarlos. La corrupción es uno de los mayores enemigos, dado que empaña la limpieza administrativa, impide controlar el ejercicio del poder y socava la credibilidad de la ciudadanía en las instituciones públicas. Cuando los niveles de corrupción son altos, pueden formar un círculo vicioso donde la desconfianza de la gente hacia el gobierno desmotiva la participación activa de los ciudadanos, lo cual a su vez permite que las malas prácticas permanezcan sin supervisión.
Otro desafío significativo es la desigualdad en la representación política y en el proceso de toma de decisiones.
Por otra parte, en muchos países, la ineficiencia administrativa y una burocracia excesiva constituyen obstáculos para la efectividad del gobierno. La lentitud en la implementación de políticas, la falta de coordinación entre entidades gubernamentales y la insuficiencia de recursos humanos y técnicos calificados pueden restringir la capacidad del Estado para satisfacer, de manera oportuna y efectiva, las necesidades de la población.
El Buen Gobierno y el Desarrollo Sostenible
El buen gobierno constituye un elemento fundamental para la consecución del desarrollo sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promovidos por las Naciones Unidas, subrayan la importancia de contar con instituciones fuertes, inclusivas y transparentes que aseguren un desarrollo económico, social y ambiental balanceado. Sin una administración gubernamental que gestione los recursos naturales de forma responsable, que fomente políticas inclusivas y que combata la corrupción, resulta inviable alcanzar un crecimiento sostenible que beneficie tanto a las generaciones actuales como a las futuras.
Asimismo, un buen gobierno es indispensable para afrontar desafíos globales como el cambio climático, la pobreza extrema y las crisis humanitarias. Solo a través de una gobernanza efectiva y participativa se pueden coordinar respuestas globales que aborden estos problemas de manera integral y equitativa.
En conclusión, el buen gobierno constituye el fundamento esencial para la edificación de sociedades justas, equitativas y prósperas. Mediante la implementación de la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, el respeto a la legalidad y la eficacia, los gobiernos pueden garantizar que sus acciones generen beneficios para toda la sociedad y no únicamente para un sector limitado.
El autor es Contador Público Certificado, Expresidente del Colegio de Contadores Públicos de Sonora. Miembro de la Mesa de Buen Gobierno y Participación Cívica de HCV.
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