De la zona de confort al confort activo

Por:  Francisco Javier Salcido García

5 años de trabajo, de gestión ciudadana, de protocolos con funcionarios públicos, de discusiones con compromisos que no siempre se cumplen y otros a medias, y de acciones de limpieza y reforestación. Han transcurrido ya 267 jornadas, esas de quedarse totalmente con el sudor a nivel de la deshidratación y otras totalmente abrigados y con las manos que duelen de frio, de esas jornadas que se hacen con mucho ánimo, pero no dejan de calar seriamente el cuerpo y el ánimo donde uno o algunos de plano tiran la toalla a ese ritmo y ya no regresan.

Lo llamo confort activo porque los que nos hemos mantenido estos 5 años prácticamente lo transformamos en “la comodidad” de estar en casa, pero siempre en activo.

La familiaridad, chachareo, pláticas, cosas chuscas, y el desayuno económico que se hizo tradición al final de la jornada es un complemento que se disfruta. Comparado con lo que llaman zona de confort, el estar en casa, en familia, ver la tele o las actividades que cada uno realiza cómodamente fuera del compromiso social y que obviamente nos lleva a un estilo de vida para evitar presiones, riesgos, miedos o ansiedad.

En el confort activo, las discusiones son también tradicionales como en la mayoría de las familias, pero seguimos porque entendemos que en el mismo barco y hasta concluir esta labor en La Sauceda para seguir con lo que toque hacer buscando garantizar su mantenimiento integral es compromiso social invaluable.   

Seguir con varios espacios públicos y áreas verdes que atendemos básicamente con gestiones por lo pronto para después actuar en su recuperación son caminos por andar. Hay mucho trabajo por delante gracias a Dios y no creo que nos falte.

Junto a la labor de limpieza y reforestación de las más de 40 hectáreas en la Sauceda se nos acumula la labor de gestión y discusión de temas relacionados con las obras que actualmente se realizan y que afectan áreas verdes habilitadas y modifican el ambiente e intenciones del bosque que tanto anhelamos en el corazón de Hermosillo.

Muchas veces hemos tenido que actuar de inmediato ante observaciones de los activos del colectivo o de señalamientos ciudadanos que nos llegan sobre daños en áreas que originalmente no se nos habían planteado a pesar de las constantes reuniones que ya se han realizado con autoridades.

Para que vean que no nos falta trabajo, una nueva preocupación más nos ocupa, es el proyecto hídrico que el Estado plantea para enfrentar los problemas de abasto de agua y donde no hay claridad respecto a su viabilidad, más aún cuando en gobiernos pasados ya contemplaban entre otras cosas la comercialización del vaso de la presa Abelardo L Rodríguez.

Este nuevo proyecto tiene todo que ver con el corredor biológico que fue presentado como propuesta en tres legislaturas pasadas del Congreso del Estado, por supuesto también que ver con la labor que se realiza para la recuperación del terreno que es parte de la cuenca del rio Sonora y que por lo mismo garantiza servicios ambientales invaluables para la población solo si se utilizan de la manera que obliga la naturaleza.

En ese proyecto la Sauceda sería muy afectada con los planes de urbanización, mismos que correrían grandes riesgos en una venida extraordinaria de agua (que suelen presentarse en todos los lechos de los ríos).

No se puede dejar de atender el enlace de la ciudadanía con los titulares de los gobiernos y con los responsables directos de los proyectos de infraestructura, al igual que en todas las secretarias de gobierno para que circule el cauce de la participación ciudadana sin represos que la contengan y que fluyan las ideas con propuestas fundamentadas que nos lleven a los mejores resultados.

Creo que en la gestión oficial también hace falta pasar del simple *zona de confort* donde se siguen las reglas y protocolos establecidos para no perturbar los caminos establecidos de seguimiento, al *confort activo* donde se tenga la decisión de realizar cambios en las estructuras de trabajo y el valor de enfrentar a un superior jerárquico con la convicción de que se están haciendo las cosas de la mejor manera, para que se generen los resultados óptimos en cada proyecto. 

Son cinco años de jornadas de las cuales los dos primeros fueron realizados solo con participación ciudadana voluntaria y los últimos tres han sido con acompañamiento oficial y comunicación.

La tarea es permanente y es indispensable estar conscientes que solo con la participación ciudadana y sin buscar dependencia oficial seguiremos avanzando, ya las aportaciones de las distintas instancias de gobierno serían algo más para el progreso y reforzamiento.

Inicia también una nueva legislatura con una estructura totalmente diferente en los colores, aunque similar en los sabores, pero el reto se mantiene.

Esperamos que se pueda dar el acercamiento requerido con los representantes sociales en el congreso para que también puedan darse los resultados que se necesitan para avanzar.

No se diga del cambio de ejecutivo federal que hay que involucrar en los temas del ámbito que les corresponde, pero también de temas correspondientes a nuestra entidad.

La mesa está servida para seguir en acción.

El autor es activista de Desierto Verde, No Más Impuestos. Miembro de Amig@s del Parque Madero, Ciudadanía Activa Sonora y de la Red HCV.

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