EN HERMOSILLO Y SONORA PERSISTE RETO EN EL TEMA ALIMENTARIO
Jennifer Espinoza Ramos
En días pasados los encabezados de algunos medios de comunicación nos informaban que, Hermosillo, nuestra capital, se encontraba entre las principales ciudades más caras del país con una inflación de 2.3%. Sin embargo, la inflación interanual asciende a 6.8%; es decir, que el precio de los productos de la canasta básica de abril de 2020 al mismo mes de 2021 se incrementó en casi siente puntos porcentuales, pasando de $1,677.7 a $1,759.6.
Este dato cobra especial relevancia si consideramos el contexto que vivimos en Sonora. Pues, según datos 2020 de CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), el 31.7% de los habitantes no pueden adquirir, con su ingreso laboral, una canasta básica alimentaria. Es decir, tres de cada diez sonorenses no pueden satisfacer sus necesidades básicas alimentarias. Este porcentaje se incrementa si consideramos también la canasta no alimentaria que contempla otros rubros, también importantes, como educación, salud, vivienda, transporte y recreación. Entonces, para que una persona pueda cubrir sus necesidades básicas (alimentarias y no alimentarias) se requiere un ingreso, al menos, de $3,722.4.
Sonora se colocó, según datos del Censo de Población y Vivienda 2020 de INEGI, en la octava posición a nivel nacional entre las entidades con mayor proporción de viviendas con limitación en el acceso a los alimentos; pues, el 10.9% de los hogares sonorenses se quedaron sin alimento alguno en los últimos tres meses debido a la falta de recursos económicos. Esto implica que, alrededor de 95,677 viviendas han visto disminuida su ingesta calórica diaria y han pasado hambre. De hecho, del total de viviendas en el estado con integrantes de 18 años y más, 22.7% reporta tener una alimentación con muy poca variedad de alimentos, 10.2% asegura haber dejado de desayunar, comer o cenar, 17.1% comió menos de lo que pensaba que debía comer, 9.7% sintió hambre pero no comió y 7.8% comió sólo una vez al día o dejó de comer en todo un día.
Para el caso de Hermosillo, aunque se registra una mejora en los indicadores relacionados con pobreza y desigualdad, también se observan retos. Pues, aun cuando el municipio se coloca como la séptima capital con menor desigualdad económica a nivel nacional con un Coeficiente de Gini de 0.44, que implica mejores condiciones de equidad en la distribución del ingreso respecto de la media nacional (0.45); según los últimos datos disponibles de CONEVAL, el 19.5% de los hermosillenses vivía en pobreza (172,433 personas) y 21.6% padecía carencia alimentaria (sexta capital nacional). Es decir, uno de cada cinco hermosillenses no podía satisfacer sus necesidades alimentarias básicas y vieron reducida su ingesta calórica diaria, que posteriormente evolucionaría en hambre, debido a la falta de recursos económicos.
El panorama en el que nos encontramos luce especialmente desafiante si consideramos que actualmente las autoridades estatales y municipales continúan luchando por tratar de combatir y compensar las secuelas que ha dejado a su paso la pandemia por COVID-19 en la localidad. La reactivación y recuperación económica resultan determinantes para mejorar la calidad de vida de los hermosillenses pero deben ir acompañadas de políticas públicas efectivas, focalizadas, bien diseñadas e implementadas que abonen a mitigar la pobreza y desigualdad.
En ese sentido, en días pasados la organización civil Hermosillo ¿Cómo Vamos? presentó la “Agenda HMO: Propuestas ciudadanas para que Hermosillo sea un mejor lugar para vivir” (disponible en www.hermosillocomovamos.org), un ejercicio 100% ciudadano y apartidista que ofrece una ruta de acciones necesarias para atender y resolver, tanto gobierno como ciudadanía, las principales problemáticas de la ciudad; como el problema alimentario. Bienvenidos los ejercicios ciudadanos que, desde su trinchera, buscan aportar su granito de arena para incidir en indicadores (como los que presentamos) que reflejen una mejor calidad de vida para todos los hermosillenses, pero en especial, para la población más vulnerable y necesitada.
Investigadora de Hermosillo ¿Cómo Vamos?